Acrobatic: el arte para ser felices

20.11.2017 / Por: César Jaramillo

Acrobatic: el arte para ser felices
El grupo Acrobatic

El arte, según la esencia que pretende transformar en obra del ser, posee sus requisitos particulares: por ejemplo, la pintura es exigente con la visión, reclama un ojo atento desde los momentos de la pincelada o el trazo suave, hasta la exposición al espectador. Sin embargo, la acrobacia es un reto de sincronía a las leyes de la materia: volar por los aires, sostenerse sobre puntos de apoyo mínimos, pretender el equilibrio por tiempo prolongado, o incluso generar una danza constante no sobre el suelo sino sobre un cuerpo ajeno. Diríamos que desafía incluso a la edad: que los músculos aprisionen la juventud tantos días como el espíritu.

Provenientes de grupos reconocidos en la ciudad como Nefesh, Combos o Convivamos, los integrantes de Acrobatic se unen en el año 2005 en una búsqueda consecuente de llevar al profesionalismo su pasión por el arte. «Nosotros veníamos de los procesos juveniles, pero no tenían tanta proyección profesional como formativa; queríamos ser artistas pero de forma organizada, y allí creamos Acrobatic: continuar con nuestro trabajo pero desde la idea de emprendimiento. Nuestras principales influencias locales son Barrio Comparsa, Saltimbanquis producciones, que fue una de las primeras compañías de circo que estuvo en Alemania, o en Bogotá La ventana producciones», Nos relata John Daniel Restrepo, director general de este grupo que cuenta con cerca de cincuenta miembros en sus listas.

Hoy es una Corporación que vincula varias dimensiones de la creación y la expresión, con un sentido civil amplio, de pensamiento: no es sólo la estética en el nivel de la obra y el libreto, sino la integralidad del ciudadano. «En la actualidad somos un proceso multidisciplinario: tenemos una parte de proyección social con metas dirigidas a la participación en espacios comunitarios; con tres grupos tenemos el componente formativo, desde público infantil hasta juvenil e incluso adulto, que cobija a varios integrantes de circo de la ciudad para originar un escenario de intercambio de saberes; y el área comercial donde se recogen varios proyectos que permiten la sostenibilidad. De hecho hay mucho enfoque en el crecimiento empresarial para posibilitar una plataforma formativa que se complemente con la de ingresos para los artistas».

Esta formación de la que nos habla John Daniel es también una escuela de públicos. Reitera algo que probablemente la ciudad ha venido reflexionando en esa frontera entre la inversión y el consumo cultural: el arte no es gratuito, y hay que enseñar a pagar por él, valorarlo como una composición engendrada en el esfuerzo, el trabajo y la disciplina. «Nuestros procesos formativos están dirigidos a la comunidad, pero también pretendemos formar públicos. Realmente lo que queremos es fomentar la costumbre de aportar a cambio de lo que reciben en el arte. En ocasiones las condiciones no lo permiten, pero se debe concertar una retribución, que no es necesariamente en dinero; incluso el interés es que los jóvenes se vinculen a nuestros procesos, pero que se inculque el valor de brindar algo desde las capacidades».

Su sede se encuentra ubicada en el Centro de Integración Comunitaria de La Esperanza, en la Comuna Seis-Doce de Octubre. Desde allí se han unido a los otros actores del lugar para organizar festivales, tomas barriales, eventos de ciudad y una agenda permanente. «La fortaleza de Acrobatic es el amor que le ponemos a todo, pero además somos un equipo interdisciplinario, lo que nos ha permitido generar propuestas muy completas: tenemos administradores de empresas, diseñadores, pedagogos infantiles, es decir, siempre hay algo muy bien construido. Hasta el 2017 nuestra meta era tener procesos nacionales e internacionales, y ya lo logramos. Ahora nos proyectamos como una plataforma que nos permita hacer arte, ser felices, generar ideas increíbles y llevar a nuestros jóvenes a festivales por todo el mundo», concluye John Daniel.

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La Corporación Acrobatic es una de las apoyadas por el proceso de dinámicas juveniles de la Comuna Seis-Doce de Octubre, proyecto realizado en alianza entre la Secretaría de Juventud de la Alcaldía de Medellín y la Corporación Picacho con Futuro.

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