Cuarta Revolución Industrial: más allá de la técnica

22.03.2019 / Por: Corporación Picacho con Futuro

Cuarta Revolución Industrial: más allá de la técnica
Estudiantes de la IE Santa Juana de Lestonnac, que representaron a Colombia en el RoboRAVE 2018

En cuatro revoluciones históricas puede haber buen material para resumir los grandes cambios de los últimos tres siglos. Agreguemos las luchas de independencia, las grandes batallas entre naciones y alianzas, el surgimiento de imperios, el desmembramiento de continentes y la industria del entretenimiento, y podríamos cocinar un plato de historia reciente. La primera revolución industrial se relacionó con el vapor y la máquina; la segunda con fuentes de energía y producción con sistemas de encadenamiento; la tercera con la comunicación, la computación y la búsqueda de nuevas fuentes energéticas alternativas. En la cuarta tenemos los datos, la robótica, la inteligencia artificial y el internet de las cosas. ¿A qué viene el tema? Medellín fue seleccionada en enero pasado para albergar una sede de la Cuarta Revolución Industrial. El anuncio, más allá del destello luminoso, invita a que comprendamos con cierta claridad de qué se trata el momento histórico y sus consecuencias.

Lo que se viene es probablemente un cambio estructural en la forma como nos relacionamos con la comunicación, la producción, el mundo laboral, y esa gama de aspectos que ocupan nuestra atención cada día. Nos rodean sistemas integrados que utilizan sensores, mecánica compleja, y aplicaciones diversas para cumplir con funciones básicas. Los sensores de los vehículos, lo que puede hacer por nosotros un teléfono móvil, o la arquitectura cada vez más robotizada, ya no son ajenos y distantes. De por sí ya no nos referimos a una nueva tecnología, sino al uso y al encuentro de las existentes, ampliando su campo de acción y su funcionalidad. Dos de sus aspectos más esenciales, explicados a continuación y en un resumen práctico.

Para empezar, el internet de las cosas. Ambos términos parecen opuestos, y sin embargo la expresión habla de una sincronía particular. Ya lo mencionamos: no es una nueva tecnología. Es la forma como muchas cosas que nos rodean generan datos, los procesan y los ponen al servicio de la humanidad. Es un conjunto de nuevos valores: nosotros hemos generado la información y el conocimiento sobre el mundo por medio de artículos, fotos, videos, y canales de comunicación; pero ahora, en esta Cuarta Revolución, podemos usar los espacios y los objetos para recoger esos datos y transformarlos en nuevos contenidos. Dos ejemplos: los sistemas de medición atmosférica que nos dicen cómo anda el clima, y cómo podemos predecir de cierta forma su comportamiento. Además, las aplicaciones que permiten contarles a los demás cómo se está moviendo el tráfico por medio de dispositivos móviles.

Y ya que hemos hablado de información, mencionemos la Ciencia de los datos. Pero veámoslo desde usos muy concretos, como las recomendaciones que las mismas plataformas nos hacen luego de haber ingresado sólo algunas respuestas de rutina, o luego de haber consumido un capítulo de serie o haber comprado un libro. Se trata de procesar la información de los usuarios, analizar tendencias, y segmentar los públicos. Todo el día y de muchas formas enviamos información de nuestros gustos y necesidades: en la mañana redactamos un correo electrónico, ingresamos a un par de páginas, compartimos en Facebook un video, compramos en la tarde un par de zapatos en internet, y en la noche vemos un par de películas en Netflix. Contamos demasiado de nosotros, y eso les indica a las industrias qué ofrecernos al levantarnos la mañana siguiente.

Para Medellín, luego de que sabemos algo de lo que sucede en el mundo hoy con la Cuarta Revolución, viene no sólo una sede, sino un empujón significativo de proyectos de investigación y apoyo a iniciativas de innovación en estas áreas. El reto es evidente: la educación debe fortalecerse, los procesos de emprendimiento deben ser acompañados de forma más efectiva, y la pedagogía sobre los cambios globales y su impacto en nuestra cotidianidad debe dirigirse hacia las clases que menos han logrado entrar en esas dinámicas.

Más allá de la técnica y el avance, las cuatro revoluciones tienen elementos comunes que son determinantes: la curiosidad siempre palpitando, el ingenio por encima de la frontera de la época, la exploración como herramienta simbólica de la razón. Y ahí tenemos a la ciudad, que todos los días se alimenta en sus lógicas con el deseo y la creatividad, a veces firme a veces tambaleante, pero fuerte en los adversos oleajes del tiempo.

 

Primera parte: La primera y la cuarta revolución industrial: pasos colosales desde la máquina y el vapor

Segunda parte: La segunda revolución industrial: la energía que dio un giro a la historia

Tercera parte: La Tercera Revolución Industrial, y nuestra forma de tejer la comunicación

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Este artículo se realiza en el marco de la estrategia de comunicación para la movilización de la Secretaría de Comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, en alianza con la Corporación para el Desarrollo Picacho con Futuro. Contenidos con énfasis pedagógico, para construir ciudadanía desde el pensamiento y el aprendizaje.

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