Tres momentos: juventud que crea, participa y reflexiona

15.11.2018 / Por: César Jaramillo

Tres momentos: juventud que crea, participa y reflexiona
Recorrido con jóvenes de la Comuna Seis por el centro de la ciudad. Guía: Luis Fernando González. Octubre 20

Como organización ciudadana que impulsa y gestiona procesos sociales, nos interesa el análisis constante sobre cuál es la línea argumentativa y la integralidad de nuestras acciones. Cada encuentro, jornada de trabajo, actividad de formación o lectura del territorio, cada intervención espacial o proyecto de acompañamiento a familias de la Comuna Seis, nos conduce a la reflexión inevitable: cuál es el próximo paso, qué sigue en el libreto, cuál es el acorde consecuente en la composición de la coherencia participativa.

Los resultados de las estrategias sociales de desarrollo se ven luego de cierto tiempo, si el juicio y la disciplina van acompañadas de aprendizajes acertados. En unas líneas breves vamos a mencionar algunos matices de la movilización juvenil, que lejos de aventurar conceptos o teorizaciones enmarañadas, procuran dilucidar en tres momentos la imagen enmarcada, el panorama en su complejidad: cómo los jóvenes pueden acercarse más a la ciudad desde sus territorios, originar pensamiento, e incluso cimentar proyectos y tomar asiento en escenarios de deliberación en sus territorios.

(También le puede interesar el artículo Juventud por camino pedregoso).

Encuentro de comunidad: Festival de la Familia, Comuna Seis

El Festival de la Familia es un evento que realizamos cada año en el barrio Progreso número 2, junto con las seis organizaciones que conforman la Corporación. Hace sólo un par de meses se cumplió la décimo tercera versión. Es un día de programación familiar y apropiación del espacio con arte y contenidos de valor. Lo fundamental es que los jóvenes interpretan un rol de suma importancia: tienen escenario para las muestras artísticas, se arriesgan y vencen el temor al público que les espera ansioso, cantan y danzan, presentan montajes teatrales y se escurren entre la multitud con cámara de foto y video para lograr el mejor ángulo; quieren hacer relatos y quieren ser relato. El primer momento que identificamos: la creación artística se convierte en un canal de diálogo generacional, y los jóvenes comprenden su inconmensurable poder. Se ven como actores de identidad, y reconocen en el barrio un medio de símbolos y participación.

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Festival de la Familia, versión trece. Domingo 23 de septiembre, barrio Progreso nro. 2 

La ciudad como escuela: recorrido sobre patrimonio, historia y lógicas del urbanismo en Medellín

Estuvimos con un grupo de jóvenes de la Comuna Seis caminando por el centro de Medellín el sábado 20 de octubre; esculcamos en sus particularidades, y anduvimos palpando sutilmente su piel de ladrillo y cemento. Nuestro guía fue el arquitecto, profesor, escritor y urbanista Luis Fernando González, autor de múltiples estudios sobre patrimonio y sentidos de ciudadanía con énfasis en la planeación. En la experiencia del recorrido los jóvenes están acompañados de una persona que les abre la puerta a nuevas narraciones, y posteriormente, a formas desafiantes de leer la ciudad en la que viven. Preguntan, se atreven a ideas, cuestionan los hitos de nuestro pasado. Segundo momento: una jornada a buen paso, para salir del barrio propio a generar vínculos con las capas plurales de Medellín.

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Recorrido con jóvenes de la Comuna Seis por el centro de Medellín. Octubre 20. 

Reunidos a construir aportes colectivos: sexto foro Ciudad Joven

El foro, realizado el sábado 10 de noviembre por la Fundación Fe y Alegría, contó para esta versión con la alianza de la Corporación Picacho con Futuro. Primero, un panel para hablar de la construcción de políticas de juventud –el tránsito histórico de los noventa a la actualidad–: espacios como la Consejería Presidencial, la Red Juvenil, el CMJ, Paisa Joven, y los lugares de creación que fueron abiertos por las organizaciones sociales. Además, con qué contamos hoy para acompañar los procesos juveniles en Medellín y a qué retos nos enfrentamos. Luego, la parte elemental: diez mesas temáticas que fueron llamadas Parches de saberes, y en las cuales los cerca de noventa asistentes conversaron, intercambiaron visiones, charlaron con soltura, y dejaron recogidas sus ideas y propuestas de ciudad; las líneas iban desde medio ambiente, arte y comunicaciones, hasta seguridad, convivencia y memoria. Llegamos al tercer momento: el joven se escucha a sí mismo, se ve inmerso en el debate y aporta a una discusión amplia.

foro memoria y constr paz

Parche de saberes, Memoria y construcción de paz. Foro 'Ciudad Joven'.

Sábado 10 de noviembre. 

Reunamos las tres etapas expuestas en los párrafos anteriores: encuentros de comunidad, que implican el uso del espacio público para que los jóvenes presenten sus creaciones, y dimensionen sus aportes a la identidad del territorio; recorridos para despertar nuevas interpretaciones sobre el sentido histórico y simbólico de la ciudad; y eventos donde el enfoque sea la participación de ideas y la deliberación consciente. Una terna de palabras que pueden funcionar como etiquetas: creación, observación y formación.

Continúa el ciclo del conocimiento –y se alimenta para seguir vivo, vigente y oportuno– en escenarios en los cuales los jóvenes pueden manifestar sus reflexiones: las universidades cuentan con grupos de investigación; varias organizaciones sociales tienen agenda de diálogos territoriales o procesos de educación popular; los foros, seminarios o asambleas juveniles en muchas ocasiones integran a su programación ejercicios como círculo de saberes e intercambio de experiencias; incluso los Consejos Comunales y Corregimentales ya tienen representación del sector juvenil para que las ideas se conviertan en proyectos.

Ante una tradición política que perciben como distante y en ocasiones indiferente; ante una ciudad que sienten como hostil e insegura; ante una historia que sólo en años recientes ha dado un viraje en su forma de tratar a los jóvenes de la periferia, necesitamos con más fuerza sus aportes y vitalidad para generar nuevos diálogos en Medellín y en el país. Pero también es una alerta que exige la atención del Estado y las organizaciones sociales: metodologías de integración, esforzar la creatividad en la elaboración de nuestras estrategias, re significar la anatomía de la sociedad y mostrarles a los jóvenes su papel de actores directos e indispensables.

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