Un festival para rejuvenecer el espíritu

15.12.2016 / Por: Jessika Cano Uribe

Un festival para rejuvenecer el espíritu

Gran ciencia es ser feliz, engendrar la alegría, porque sin ella, toda existencia es baldía.

 Ramón Pérez de Ayala

“La juventud es el paraíso de la vida, la alegría es la juventud eterna del espíritu”, escribió el italiano Ippolito Nievo. ¿Qué es entonces la alegría para los jóvenes? Para Nicolle Ibarra, es un estado de tranquilidad y contemplación; para Yessika González, un momento de plenitud. Edwin Sánchez considera que puede estar alegre cuando disfruta de algo nuevo en compañía; a Robinson Jaramillo la alegría se le aparece cuando le sale bien lo que desea y Nicolás Navas cree que la alegría es el logro de una meta. Estos jóvenes tienen algo en común: asistieron el pasado 20 de noviembre a la segunda versión del Alegre Fest, en el Parque Biblioteca Gabriel García Márquez.

La idea de crear este evento nació en 2015, en el equipo de producción Radio Cincochinadas. Inicialmente, se hizo con la intención de hacer visibles a los colectivos de la Comuna Seis, pero ante la necesidad que detectaron de propiciar espacios para pensarse la salud emocional, decidieron darle un toque de alegría, puesto que, además, es la emoción lo que los impulsa a realizar este tipo de acciones.

El festival contó con tres espacios: la tarima, la zona de carpa-talleres y el espacio de ventas. La tarima permitió un abrazo entre la música, el baile y la cuentería. Por allí desfilaron Díaz con el Micro, Thiago 4TAS, Kerbveros, Capitán Rocksteady y La Tripulación, Los Suziox, KDH, entre otros artistas que demostraron que la alegría no discrimina. Los asistentes, fieles a ello, disfrutaron la diversidad. Se vieron rostros alegres bailando reggae, cantando hip hop y pogueando.

Las caras felices empezaron a aparecer desde las nueve de la mañana y abandonaron el espacio hacia la media noche. Cuenta Angélica Lucero Romero, coordinadora del evento, que se esperaba mucha asistencia y un gran impacto, por lo que decidieron realizar actividades alternas: pintura, escultura, grafiti, serenata para los abuelos, parloteo, juegos, entre otros componentes del espacio de carpas-talleres. “Con los talleres de emoción se busca ofrecer alternativas para experimentar la sensación de alegría”, explica la coordinadora.

La zona de ventas fue una estrategia para fortalecer algunos colectivos y permitirles exponer su quehacer comunitario. Si bien el Alegre Fest estuvo coordinado por la Casa de la Cultura Francisco de Paula Santander y la Mesa de Articulación Juvenil, a este se unieron otras organizaciones como Comunidad Underground, CABE, Corporación Casa Mía, Ciudad Frecuencia, colectivo Imagine Colombia y la Corporación para el Desarrollo Picacho con Futuro, actual operador del proyecto de Fortalecimiento a las Dinámicas Juveniles de la Comuna, bajo el cual se ejecutó el festival.

Alegre Fest se propuso movilizar y propiciar el valor de la alegría porque lo ve como un principio fundamental que se puede comprender como un camino hacia la transformación de algo. Busca poner en común los imaginarios que existen sobre la alegría, porque esta palabra tan inquietante, tan repetida, a veces tan acallada, a veces tan promovida, tiene múltiples concepciones y semejanzas. No importa cómo llegue, la alegría es un común denominador en las búsquedas humanas. 

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