¿Dónde está la tribuna?

08.03.2017 / Por: César Jaramillo

¿Dónde está la tribuna?

Es difícil imaginar algún discípulo del fútbol que, luego del pitazo final en cada cotejo, deje en reposo ese cariño absoluto: los jugadores a entrenar como si nada estuviera ganado o perdido; los medios a sus análisis de médico internista, y al ruedo de acaloradas discusiones. Para el hincha, la semana ya viene con color: regresa a casa –pleno de paz o melancolía según el marcador más reciente–, devuelve la remera a su casillero privado, no sin antes doblarla con calma, besa el escudo en un ritual devoto, y a saborear la próxima cita con el estadio. La tribuna está donde el corazón quiere.

21 de enero de 2017, sábado. Los muchachos, sentados en el bordillo de una jardinera desteñida frente al Centro Comercial Obelisco, lucían sus camisetas del Medellín. Recogieron útiles escolares: el público se manifestó con cuadernos, lápices, borradores, lapiceros y cartucheras. Su equipo jugaba contra el Independiente Santa Fe, y el Atanasio Girardot se tornaba en un hervidero de trapos color azur y escarlata. Las gargantas rompían en coros prolongados, y los rugidos acompasaron los saltos de la hinchada. Ocho días después, instalados en una cancha del barrio París –terminal Transmedellín 288, costado noroccidental del Valle–, sobre un campo de arena reseca y con graderías improvisadas en la ladera de pasto informe, todo el grupo de la Corporación Cambiando Mentes cuadró un torneo con sus tres equipos de fútbol: uno de niños –40 aproximadamente– de la Comuna Seis - Doce de Octubre, y de París (Comuna Uno de Bello); el equipo infantil de Altavista, con 50 niños; y el equipo femenino.

Esa misma tarde, luego de la pelota y la celebración de los tantos, repartieron los útiles de estudio a los pelaos, enseñaron a dibujar con voluntarios grafiteros, y la jornada se ajustó con teatro y zancos. El cierre fue una merienda de agradecimientos cordiales a los otros colegas de la barra que se pusieron la ‘diez’ para esta fecha, y planillaron su compromiso solidario: Altavixta Indigente, Xanguinariox, Viajerox, y Familia poderosa.

El fútbol es la excusa. Ellos son la prole de causas que van ocasionando posibilidades múltiples de trabajo social. Los dos años anteriores han hecho lo mismo, pero en el sector de Nueva Jerusalén. Dos aspiraciones fluyen en esta suerte de iniciativas: brindar herramientas para aprender, volver al salón, provocar los cambios en el detalle; pero como paralelo sincronizado, ofrecer una imagen diferente del barrismo en Medellín. Todos los miembros de la Corporación pertenecen al combo Bloke 6, el frente que lleva diez años alentando al rojo en el estadio como una sola alma de más de 50 rostros, con el pálpito al son del bombo y La Murga.

“La idea es que los niños digan: ‘cuando grande quiero ser barrista’, pero que no los motiven la pelea o esas cosas, sino porque hacemos mucho por la comunidad, además de estar unidos y seguir un equipo”, cuenta Wilfredo Congote ‘El Dólar’, fundador de la Corporación –que suma 15 integrantes–, líder del combo Bloke 6, y miembro de la gran asamblea donde se congregan: la Rexixtenxia Norte. “Cambiar mentes para esos que entran a una barra con pensamientos equivocados. Y que la gente de afuera nos vea diferente, claro, primero convenciendo a los de adentro”.

Al inicio eran chocolatadas en el centro de la ciudad. Llevaban el calor de una taza de chocolate, y un pedazo de pan para aplacar el hambre a personas de la calle. La determinación fue evolucionando: hoy trabajan también la resocialización con los compadres que salen de la cárcel. “El eterno y el preso nunca se olvidan”, dice Wilfredo. Los miembros del grupo tienen en ocasiones la mano amiga que les ayuda cuando falta lo básico en la casa y la mesa, pero ahora como colectivo les suena el cuento de la formación: del terreno artístico, al área de la educación política para niños y adultos. Escuela popular, apuntemos.

Cambiando Mentes juega en los barrios y en las oficinas; de local y visitante. Entre los actos y los planes Wilfredo nombra aliados como enlistando la nómina del equipo: la Secretaría de Juventud, el Inder, la Cruz Roja, el combo Picacho Verdolaga de Los del Sur, la Comunidad Underground, la Fundación Resisto y pinto, la Mesa de Articulación Juvenil de la Comuna Seis, y la Mesa Pedagógica y de Convivencia en el Fútbol.

“Tenemos gente para hacer todo lo que queramos. La Corporación cuenta con licenciados en deporte, hasta psicólogos, sociólogos y politólogos”. Cuando la pregunta se va por el costado de la gestión, Wilfredo menciona también una cantidad sorprendente de amigos que siempre se reportan para colaborar, bien sea con el refrigerio, bien sea con efectivo, bien sea con nuevos contactos. Todos ponen. Así es el cotejo de Cambiando Mentes: buscar la forma con muchas cabezas y muchas voluntades para dar vuelta al marcador de las adversidades, de la inequidad, del conflicto y la falta de oportunidades.

La pasión insiste cuando concluyen los 90 minutos en la cancha del Atanasio. El empuje es un cántico que recorre el barrio con el mismo color de la camiseta poderosa. ¿Dónde está la tribuna? Donde el fútbol y el corazón quieran.

 

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Este texto hace parte de la serie de relatos breves ‘Mi casa es una larga historia’, que busca narrar vivencias de barrio, enormes en esencia cuando los sentidos se permiten el gusto de interpretarlas. Nuestra Comuna Seis, un lugar en el tiempo con su trama y gramática particulares.

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