Semillero audiovisual La frontera

21.12.2017 / Por: Colectivo Cinengaños

Semillero audiovisual La frontera

La frontera es un semillero audiovisual que se realiza en el barrio Picachito de la Comuna Seis. Este espacio es creado por el colectivo audiovisual Cinengaños, con la intención de poder lograr que los jóvenes se interesen por el cine y la fotografía como medio de búsqueda y expresión para contar sus historias. La frontera está creado con el fin de ofrecer un espacio que se convierta en un medio de ver otras vidas posibles, de conocer el mundo y de enfrentar al adolescente a nuevas formas de existencia, generando un pensamiento crítico y reflexivo; por último, La frontera se presenta como una real alternativa para aquellos muchachos que, por el abandono estatal y la falta de oportunidades a nivel cultural, social y educativo, se ven inmersos en la única oferta vigente de generación de recursos: la pertenencia  a una de las bandas ilegales que controla el negocio de la droga, el sicariato, el robo, la extorsión y el monopolio de algunos alimentos y terrenos de construcción. Desde esta perspectiva, los espacios artísticos y culturales son una gran posibilidad de arrebatarle jóvenes a la guerra.

Demian(1) es un joven de diecisiete años que no ha terminado sus estudios; en la casa, la única persona que trabaja es su madre, su hermana en el pasado tuvo relación con alguna de la bandas de la ciudad, situación que la llevó a la cárcel un tiempo, pero ahora está libre y desempleada. Demian reconoce que la única posibilidad que tienen los jóvenes del barrio es pertenecer a una de las plazas de vicio de la zona; lo deja claro al exponer como muchos de sus amigos –e incluso él mismo– se han visto envueltos en la vorágine del negocio de las plazas y de las grandes bandas que aprovechan el abandono estatal, y explotan la imagen (bien sea por los medios de comunicación o por la cultura popular) del narco como prototipo heroico.

Lo más llamativo es que Demian no quiere pertenecer a ese mundo, sus gustos artísticos y su innata percepción crítica de la realidad lo obligan a preguntarse por un futuro para él y para sus amigos, reconociendo que en la ciudad el porvenir de muchos, como se refleja en la película Rodrigo D, es el no futuro, la muerte misma que anula la partida. Este pequeño caso deja en evidencia algo: Medellín es una ciudad que se nutre de los jóvenes como mercancía a desechar. La vida de ellos cuesta menos que la droga vendida en las plazas de vicio. ¿Cuántos jóvenes inocentes han muerto esta década? ¿Cuántas madres han llorado a sus hijos y se han visto obligadas a vivir al lado del verdugo, tragándose el resentimiento y el dolor? ¿Acaso esto no sigue pasando hoy?

Porque la realidad supera la ficción y porque los jóvenes son importantes para el futuro de esta sociedad, es que Cinengaños ofrece el espacio de La frontera, como escenario para que las utopías se vuelvan imagen, se vuelvan realidad.

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(1) Se cambia el nombre del joven para proteger su derecho a la privacidad.

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