Nos vemos en el camino

23.12.2019 / Por: Corporación Picacho con Futuro

Nos vemos en el camino
Festival de la Familia 2019, realizado por nuestras siete organizaciones

Desde el hogar nos alimentan con un sentido muy social para la vida: la familia, la comunidad y el barrio simbolizan unión y persistencia. Pero con el pasar del tiempo la familia crece, cambia, se transforma de acuerdo a los caprichos de la amistad o los afanes de las alegrías y las dificultades. Como organización de barrio y de ciudad, en Picacho con Futuro nos consideramos parte de muchos grupos, de muchas familias; y podríamos decir que la más cercana está conformada por las organizaciones que componen esta idea colectiva, que lleva tres décadas de trabajo en la zona noroccidental de Medellín. Siempre, como una suerte de gratitud, nos gusta recordar quiénes son: la Junta de Acción Comunal del barrio Progreso número 2, organización que congrega a los vecinos y de su mano promueven la participación para el cambio y la dignidad; la Asociación de Madres Comunitarias del Triunfo, que entregan su tiempo y cuidado a los más pequeños; el grupo de comunicaciones Panorámica, enfocado en producir narrativas plurales de memoria y barrio; Mujeres con Futuro: voces y presencia de la mujer que participa y se capacita; los grupos juveniles y artísticos de Ritmo Joven y NOA, que más allá de la elaboración creativa proponen nuevos horizontes de comprensión para los jóvenes; y el grupo de Teatro T-Asombro, que ha generado una agenda de formación, artes escénicas y apropiación consciente del territorio en el barrio París, del municipio de Bello. No podemos olvidar a nuestras grandes amigas de la Fundación La Visitación que en nuestra sede acompañan la ludoteca: el espacio de encuentro para cerca de cincuenta niños de los barrios Progreso número 2 y París.  

Antes de finalizar el 2019 nos fuimos con una centena de integrantes de nuestras organizaciones para el municipio de San Jerónimo, en el occidente de Antioquia, para recordarnos la importancia de salir un par de días de la ciudad, reírnos de nuestras dichas, hablar de nuestras metas, y tomar energía para los meses que vienen. Desde los pasillos hasta la cocina, en estos encuentros siempre habita una calidez particular: la casa permanece donde sentimos a los seres queridos.

¿Qué queda luego de estas salidas familiares? Lazos más fuertes, conocimiento más profundo del trabajo que los demás hacen, compromisos que nacen del gesto espontáneo. Alrededor de un plato de sancocho –que a su vez representa no sólo el alimento, sino la tarea de varias manos y la unión de elementos para nutrir el cuerpo– conversamos sobre lo que queremos para nuestra comunidad en el 2020. En una nota previa hablamos de las dificultades que surgieron para empezar el 2019; pues bien, hoy, doce meses después, podemos decir que lo único esencial, lo verdaderamente vital es ser parte de una familia que entregue solidaridad: en Picacho con Futuro somos siete organizaciones –con cerca de doscientas personas– que nos sentamos juntas a la mesa para convencernos de la compañía. Y en Medellín, nos entreteje esa gran familia de grupos, corporaciones, instituciones y colectivos que quieren generar pensamiento, filosofía de cambio, dignidad e ideas de trasformación profunda.

Nos vemos en el camino.

jvenes

Integrantes de los grupos juveniles Panorámica y NOA, 2019

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