Corporación de Barrios Unidos CODEBU

Corporación de Barrios Unidos CODEBU

Objetivo

Adelantar procesos de promoción de las prácticas deportivas y recreativas como estrategia de convivencia.

Las fotografías dispersas sobre la mesa de madera componen el mapa de una historia narrada en estampas que guarda el tiempo. Gabriel señala con el índice y va hilando el cuento, a la vez que levanta la mirada y hace énfasis en los años, la construcción de la cancha, y los días de desazón marcados por la violencia en Medellín. Son cuatro décadas de la Corporación Barrios Unidos –CODEBU-, bien usada la pasión por el fútbol como excusa apropiada para que las únicas fronteras entre los barrios sean las líneas trazadas en un campo de fútbol. El sueño sigue rodando.

Los campeones celebran, saltan, se abrazan, levantan la copa. El América del Barrio París ganó la final imponiéndose ante el Cali de Florencia luego de un año y dos meses de torneo, en su vigésima primera edición. Eso es lo que dice una nota de Telemedellín noticias sobre el campeonato que organiza la Corporación de Barrios Unidos –CODEBU- de la Comuna Seis. El fútbol, que enfrenta en la cancha y despierta pasiones y algarabía en las tribunas, es un mensaje más que un medio para un grupo que lleva cuatro décadas de poner a rodar la pelota para pensar como equipo, con estrategia, formación y objetivos de triunfo.

En los setenta don Jaime García crea JUDEPA en el Barrio París de Bello, a la sazón un caserío que empezaba a expandirse hacia la ladera en límites con Medellín. Don Simeón, líder comunitario de vieja data que en el 72 ya llevaba cuatro años viviendo en esa pequeña villa luego de llegar de su natal Cali, comienza a proponer ideas de torneos con niños, para complementar los que se realizaban con jóvenes y adultos. Básicamente, cuadrangulares de esquina y convocatoria a gritos de balcón. En el 79 crea el Club Polideportivo de París, que sería a la postre el padre de CODEBU, fundado en el año 2001.

La década de los ochenta venía de una vez cargada de necesidades y la precaria ausencia de cosas elementales: poco espacio para el deporte, falta de servicios públicos, vías inadecuadas y alumbrado por pedazos. La cancha de El Progreso fue un reto, pero representó el esfuerzo de sacar pico, pala, y armar a punta de ingeniería improvisada arcos y tribuna. Eran días en que el desaparecido Instituto de Crédito Territorial hizo posible la construcción de viviendas en los morros despoblados de la ciudad, ante los fenómenos de crecimiento urbano, migración y desplazamiento que los gobiernos nacionales evitaron abordar en su momento.

CODEBU desde el inicio puso a rodar la pelota para que gente de Efe Gómez, Doce de Octubre, Santander y la parte alta de la Comuna Seis, dejara el miedo y las armas, y se diera duro pero en jugadas osadas a punta de fútbol. Hoy, fuera de administrar campeonatos en la cancha de El Progreso con la minucia de planillas, arbitraje y tarjetas, pretenden con paciencia y táctica enfocar su trabajo hacia otros campos de juego: la pedagogía con jóvenes y niños, torneos en otros deportes como el Baloncesto y el Voleibol, y capacitar a la familia para promover la formación en prácticas de convivencia.